El Universal 05 de julio de 2019 (Enlace)
Vuelve al ruedo la discusión sobre el servicio de parqueo en la ciudad, esta vez al recinto del Concejo de Cartagena con el objetivo de impulsar un proyecto de acuerdo. No obstante, hasta no contar con un Plan Maestro de Movilidad, seguiremos viendo cómo se toman medidas contradictorias, que poco o nada ayudan a mejorar la calidad de vida, como es el caso de la propuesta de bajar o limitar las tarifas de parqueo en el Centro Histórico.
¿Por qué es mala idea bajar las tarifas? La razón es la simple ley de la demanda: menores precios, mayor consumo. Disminuir o limitar los precios de las tarifas impulsa artificialmente la demanda por estacionamiento.
En un reciente estudio publicado en la revista Economía & Región por el profesor José Soto Martínez y otros colegas, se muestra que existe una disponibilidad a pagar de hasta 30.000 pesos por hora para disminuir los tiempos de búsqueda de parqueo. Esto indica que quienes tienen con qué pagar un estacionamiento en el Centro Histórico, tienen una disposición a gastar mucho más alta que lo que hoy se cobra.
Por una parte, ¿está bien que los dueños de los parqueaderos cobren la tarifa que quieran? En principio, las leyes de oferta y demanda deberían funcionar libremente en el mercado: en ese caso, sí. No obstante, desde el punto de vista de una política pública progresiva en la distribución del ingreso, sería deseable que los dueños de automóviles ayudemos a subsidiar otros modos de transporte más sostenibles, como el transporte público.
Por otra parte, se hace mucho énfasis en la regulación de parqueaderos privados, mientras que cientos de automóviles estacionan informalmente en el espacio público. Fomentamos la informalidad, el desorden y nuevamente dejamos pasar la oportunidad de generar ingresos para el Distrito que pueden ayudar a mejorar, por ejemplo, los andenes.
Cualquier forma de promoción del uso del vehículo particular, como la de bajar las tarifas de parqueo, es una contradicción respecto a la apuesta que la ciudad ha hecho para tener un sistema de transporte público organizado y digno. Por el contrario, hoy deberíamos estar promoviendo la peatonalización completa del Centro Histórico para lograr que quienquiera que tenga la necesidad o el deseo de ir, pueda hacerlo de manera segura y cómoda usando el Sistema Integrado de Transporte Masivo (Transcaribe), o yendo a pie o en bicicleta. En este sentido, la discusión sobre estos asuntos seguirá siendo recurrente y sin norte claro, mientras la ciudad no cuente con un Plan Maestro de Movilidad que oriente las decisiones en este tema.
*Vicerrector Académico, UTB
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