El Universal, 29 de Marzo de 2019 (Enlace)
No es un secreto que los idiomas se aprenden con mayor facilidad cuando somos jóvenes. Investigadores como Shawn Loewen y Hayo Reinders señalan un período crítico para su aprendizaje, comprendido entre los dos y los trece años. Por ello, la enseñanza del inglés, especialmente en el colegio, puede convertirse en una estrategia efectiva para nivelar el terreno en la educación superior y la vida profesional, especialmente para estudiantes de las regiones donde escasean las oportunidades.
La competencia en inglés, al igual que otras como el razonamiento cuantitativo, la lectura crítica, la comunicación escrita y las competencias ciudadanas, son medidas por el Icfes cada año mediante las pruebas Saber Pro. Según los resultados de la última medición, en 2018 las disparidades entre regiones y departamentos son aún notorias y muy preocupantes cuando se comparan con Bogotá, que supera al resto de departamentos en todas las competencias.
Un aspecto para resaltar en la prueba de inglés es la amplia dispersión entre estudiantes de alto desempeño; en otras palabras, mientras los alumnos de menor puntaje consiguen resultados muy similares independientemente del lugar del país donde residan, las diferencias en esta competencia son muy amplias entre quienes obtienen mejores puntajes.
Lo descrito señala dos enormes retos para los próximos años en materia de aprendizaje del inglés: reducir las desventajas entre departamentos y capitales frente a Bogotá, y aminorar la dispersión entre los estudiantes más sobresalientes.
El dominio de una segunda lengua no es asunto de poca monta. Un estudiante destacado de cualquier región del país logra resultados similares a los mejores alumnos bogotanos en lectura, escritura o matemáticas, mientras que, en inglés, su puntaje es ocho puntos porcentuales más bajo. Diferencia que podría tener una gran repercusión para el resto de sus vidas.
Las menores oportunidades de estudio hacia el futuro ilustran los perjuicios que ocasionan estas brechas. Según el Icetex, las bajas competencias en segunda lengua son la principal causa de cuantiosas pérdidas de becas en el extranjero. Tampoco debemos olvidar que el dominio de una segunda lengua suele servir para discriminar durante los procesos de selección laboral.
Mejoras en la formación en inglés no solo aportan al cierre de brechas interregionales en resultados de aprendizaje, sino también a la remoción de una barrera que impide el despegue regional. En este sentido, los resultados de las pruebas Saber Pro son, más que un problema, un síntoma de la debilidad del sistema para proveer oportunidades.
Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB ni a sus directivos.
*Vicerrector Académico, UTB
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