domingo, 6 de marzo de 2011

Gapminder y la Educación

La belleza esta en lo simple. A muchos nos ha pasado que al atender a una buena charla o conferencia, en la que un tema se explica de manera sencilla, hemos pensado que la idea se nos pudo haber ocurrido fácilmente a nosotros, de manera que es difícil olvidar el mensaje. De allí el poder de lo simple. Y siendo sinceros, no creo que ese fenómeno sea vivido frecuentemente por los estudiantes universitarios. La formalidad y la complejidad son inmediatamente asociadas a aburrimiento y confusión.
Los temas deberían ser transmitidos de manera sencilla, sin embargo la tarea no es fácil pues se necesita además de un profundo conocimiento del tema, una gran creatividad para dar ejemplos y transmitir de manera sencilla los conceptos básicos. Para esto claro también es necesario un gran componente de pasión por lo que se hace.
No digo que los docentes universitarios nos tengamos que convertir en culebreros, bufones o conferencistas motivacionales, pero a veces nos quedaría bien transmitir un poco de la pasión que nos llevó a escoger nuestra carrera.
Para los que nos apasiona la educación tengo un buen ejemplo, su nombre es Hans Rosling. Medico suizo experto en temas de salud global y quién es considerado como un “visionario” en el manejo de datos. Creo que su mensaje tiene un valor pedagógico inmenso. Rosling es profesor universitario y co-fundador de Gapminder, fundación que desarrolló el software Trendalyzer, que es una interesante herramienta de visualización de variables económicas. Les dejo uno de sus videos.

lunes, 28 de febrero de 2011

De Arepa de Huevo a Freanch Toast

Carlos Vives le encontró de manera muy creativa el parecido a las ciudades de Nueva Orleans y Barranquilla, yo con mucho menos creatividad puedo decir que la ciudad de Portland no se parece en nada a Cartagena, pero ¡cómo me acorde del corralito!
Cargando con la tristeza de no poder asistir al Festival Internacional de Cine de Cartagena me dispuse a acompañar a mi esposa a la capital del estado de Oregon (Portland) donde el pasado fin de semana se realizó la séptima versión de CINE-LIT, una conferencia internacional sobre Cine Hispano. A pesar del mal clima, especialmente en esta época del año, el viaje me hizo sentir un poco más cerca de casa. Como dije, no es por que las ciudades se parezcan. Tratando de usar la estrategia de Vives, Portland es a Cartagena como el patacón al hash brown o la arepa de huevo al French Toast.
Sin embargo me sentí más cerca por dos razones: La primera es que Portland es una ciudad como la Cartagena que sueño, limpia, organizada e incluyente. Su sistema de transporte público es bueno y gratuito en el centro de la ciudad. Consiste en trenes de tamaño mediano que corren sobre rieles en medio de las calles, como los tranvías que funcionaban en Bogotá a mediados del siglo veinte (Ver fotografías Portland - Bogotá).
La segunda razón es por que durante el evento pude asistir a dos películas, “Del amor y otros demonios” película costarricense basada en la novela de nuestro Nobel y en la cual se presentan algunas imágenes de la ciudad amurallada, sus calles y el castillo de San Felipe, no tengo muchos más comentarios sobre esta película. El segundo filme al que quiero referirme fue “También la lluvia” de la directora Icíar Bollaín. Esta extraordinaria película narra cómo durante la conquista de América los españoles dominaron a los indígenas para conseguir oro y paralelamente muestra el conflicto entre el pueblo boliviano y empresas de capital extranjero por el agua. Esta película me llevó a reflexionar sobre lo poco que realmente hemos avanzado en el manejo de nuestros recursos, en construir desde nuestra perspectiva una idea de desarrollo que permita a todos los habitantes de Cartagena poder elegir qué quieren ser o hacer. Construir una ciudad que se parezca más a Portland en lo limpia, organizada e incluyente, pero manteniendo todo el sabor de la arepa de huevo y el patacón.

jueves, 24 de febrero de 2011

El Fantasma de Malthus

Es indiscutible que los países deben invertir en innovación para potenciar el crecimiento económico. Tal y como lo señala Philippe Aghion, “la productividad agrícola debió ser igual de alta en 1290 que lo que fue en 1700”. Fue a partir de la revolución industrial que todo cambió. Gracias a la tecnología hoy un ciudadano común cuenta con muchos más recursos que un par suyo nacido antes de la revolución industrial. Es decir, gracias a la tecnología las predicciones maltusianas basadas especialmente en los rendimientos marginales decrecientes de la tierra sin tener en cuenta el impacto de la tecnología en la productividad no se han cumplido hasta ahora.

Sin embargo, dichos avances tecnológicos no suelen llegar a todos los rincones del planeta a la velocidad deseada, de acuerdo con Hobin and Comin (An Exploration of Technology Difusion) “en promedio, los países han adoptado las tecnologías 45 años después de que fueron inventadas”.

Es así como en el marco de un lento proceso de difusión de la tecnología hay países “inventores” que deben estar en la frontera de la eficiencia productiva gracias a la aplicación de dichas tecnologías, y países “seguidores” que se encuentran lejos de la frontera de eficiencia productiva y para los cuales puede resultar más beneficioso comprar tecnología ya inventada que desarrollar la propia, esto implicaría que el gasto en I+D debería ser cero. Hasta aquí todo bien.

El único problema es que al buscar información al respecto es fácil darse cuenta que muchos países que claramente se encuentran lejos de la frontera productiva también invierten en I+D (Investigación y Desarrollo). De hecho, mientras los países más cerca de la frontera gastaron anualmente cerca de 2% de su PIB en I+D entre 1996 y 2007, los países con bajos niveles de ingresos gastaron en promedio un 0.6%, que no es una cifra despreciable de recursos. ¿Por qué? ¿No es pues más eficiente y por ende racional comprar tecnología ya desarrollada para alcanzar o aproximarse a la frontera? ¿Cuál es entonces la razón para que los países menos desarrollados tecnológicamente decidan invertir en I+D?

La explicación de inversión en I+D por parte de países menos desarrollados parece radicarse en la existencia de un efecto indirecto de la inversión en I+D sobre la capacidad de absorción de nuevas tecnologías compradas a otros países. Es decir, invertir en I+D permite que países menos desarrollados puedan aprender más y usar mejor la tecnología que compran a otros países. La presencia de dicho efecto indirecto explicaría las inversiones en I+D en todos los países. A pesar de que alguna evidencia empírica ha sido presentada al respecto, aún queda mucho por entender sobre este tema, especialmente si queremos mantener alejado el fantasma de Malthus.

lunes, 21 de febrero de 2011

Las Huelgas, la Información y las Redes Sociales

Recientemente hemos sido testigos de múltiples manifestaciones populares en contra de varios gobiernos alrededor del mundo, especialmente en medio oriente: Egipto, Libia, Yemen, entro otros. Observamos incluso protestas en el estado de Wisconsin en Estados Unidos en contra las que han sido denominadas como medidas anti-sindicales.

Estas protestas no son en realidad muy distintas de las huelgas observadas años atrás como las de estudiantes y trabajadores en mayo del 68 en Francia, y en Seattle en 1999 durante la reunión de ministros de la Organización Mundial del Comercio, cuando las redes sociales no tenían aún el poder de hoy.

Lo curioso en este caso es que éstas manifestaciones parecen estar relacionadas unas con otras, no sólo en el motivo de la protesta, que en casi todos los casos (excepto quizás por la de los Estados Unidos) se originan en la existencia de gobiernos autoritarios que limitan la participación y las libertades de la población, sino en la frecuencia con la que se han venido desarrollando estos acontecimientos, diseminándose de manera casi viral, o como los medios han denominado: “efecto dominó”.

La razón para explicar este fenómeno puede encontrarse en la mayor disponibilidad de información y la reducción en los costos de coordinación de grandes multitudes por la existencia de las redes sociales y mayor disponibilidad de medios de comunicación interpersonales como los teléfonos celulares. Creo que dadas las actuales circunstancias es necesario evaluar estas hipótesis seriamente y considero que la teoría de juegos puede ser una herramienta útil en este propósito. En el año 2007 el profesor James Miller en una entrevista radial (Audio adjunto), asociaba las huelgas a un juego en el que dos participantes negocian la distribución de una cantidad fija de dinero, pero en cada ronda de negociación la cantidad total de dinero se reduce.

Este juego parece describir de manera apropiada la situación confrontada por una sociedad en paro frente a su gobierno, sin embargo no es aún un juego que pueda ser usado para predecir los resultados observados en la realidad, especialmente porque no considera los costos de coordinación de la sociedad como uno de los agentes del juego. Una posición más unificada y una mayor capacidad de protesta de la sociedad (o de un sector de ella) gracias a la mayor disponibilidad de información puede generar un mayor poder de negociación para este grupo.

Considero que este tema vale la pena ser abordado con mucha mayor profundidad por parte de los investigadores sociales pues los costos de las huelgas en términos sociales son muy altos y los paros o huelgas son recurrentes, especialmente en países en desarrollo como Colombia, donde la semana pasada se adelantó un paro de transportadores que paralizó la capital del país por casi una semana.