domingo, 27 de abril de 2014

Alicia en la ciudad de las dificultades

En el año 2004 fui delegado como representante de la Universidad Tecnológica de Bolívar al comité técnico de Cartagena Cómo Vamos. La participación en este comité durante cuatro años me permitió conocer las entrañas del proyecto.
Vivir su construcción de la mano del entonces asistente técnico Fabio Rueda y de su coordinadora Alicia Bozzi, extraordinarios profesionales con las mejores capacidades, me significó ser testigo de uno de los proyectos Cómo Vamos con mayor liderazgo, seriedad y capacidad de innovación en el país. Fue una experiencia invaluable. Muchas de las ideas generadas desde el proyecto en Cartagena se convirtieron en aportes trascendentales para la red de ciudades Cómo Vamos.
Como característica fundamental es importante resaltar su independencia en el manejo de la información. Los informes de CCV siempre cumplieron con el papel de presentar de la manera más equilibrada posible la situación de la ciudad, sin caer en juegos políticos o favoritismos.
El liderazgo de Alicia llevó este novedoso proyecto a convertirse en una institución protagonista de la realidad local. Basta con haber asistido a alguno de sus eventos para evidenciar el asombroso poder de convocatoria, en una ciudad donde el común denominador es la indiferencia. Estos ejercicios son el mejor ejemplo del impacto social del proyecto, creando comunidades más informadas.
Si no fuera por la información recogida y presentada por el proyecto, sería mucho más difícil establecer los avances y retrocesos de las últimas cuatro administraciones. Alicia dejó una institución muy bien posicionada, que les permite a los ciudadanos diagnosticar de manera constante, clara e imparcial sobre el estado de la ciudad.
Sin la información que provee CCV la participación ciudadana estaría andando a ciegas, sin saber cómo vamos, ni hacia dónde, como en la fiesta del Té de Alicia en el país de las Maravillas. Pero, a diferencia de la del cuento, nuestra Alicia al menos deja la fiesta con un diagnóstico sobre su estado.
El reto para la nueva Directora Maria Cláudia Peñas es mayúsculo, pero es una profesional preparada y sin dudas logrará hacer avanzar este proyecto en la dirección correcta.

viernes, 25 de abril de 2014

Formar para incluir


El Universal, 25 de Abril de 2014 12:02 am

En la reciente nota publicada en El Espectador, “La formación laboral en Colombia: Un rompecabezas que no encaja”, se revelan los resultados de la encuesta de formación y productividad del DANE y el BID, según la cual “En América Latina, nueve de cada diez empresarios no encuentran trabajadores con las competencias requeridas”. Como podría esperarse, Cartagena comparte este diagnóstico.

El estudio “Diseño e implementación de metodologías para la identificación y superación de las barreras de acceso a la formalización”, hecho por la Universidad Tecnológica de Bolívar en el sector de turismo de eventos y convenciones de La Heroica, halló evidencia de la falta de infraestructura y tecnología, y serias falencias en la formación del capital humano, especialmente en habilidades y competencias técnicas, tecnológicas y de segundo idioma.

Los empresarios entrevistados para esta investigación resaltaron el valor de la capacitación del personal como requisito para mejorar la competitividad del destino y facilitar la organización de más eventos y la llegada de visitantes internacionales.

Esta opinión la respalda el Plan Indicativo de Turismo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (2009), según el cual el sector tiene dificultades para cubrir sus vacantes con personal calificado, especialmente los puestos operativos y aquellos de contacto con el cliente. En general, se afirma, el “75% de los trabajadores del sector no han sido calificados en la educación formal de hotelería o turismo, en cualquier nivel”.

Teniendo en cuenta que las posibilidades de la actividad son amplias, estas podrán ser aprovechadas siempre que logremos asumir con seriedad el reto de la formación. Para ello, los empresarios y las instituciones de educación deben trabajar mancomunadamente para generar programas que sean pertinentes y de calidad. Mecanismos como las bolsas de empleo sectoriales ayudan a sincronizar la demanda de capital humano con la oferta de puestos de trabajo.

El estudio de la UTB también recomienda implementar un sistema de información que permita al sector turístico dimensionar sus aportes, cuantificar su impacto y evolución, para diseñar políticas sectoriales más precisas.

Hay que redoblar los esfuerzos para lograr mayor formalización del sector, trabajo que adelantan organizaciones como la Cámara de Comercio de Cartagena.

No hay duda de que cualquier esfuerzo orientado al desarrollo de Cartagena debe generar oportunidades educativas y de formación para la inclusión productiva. Sin gente bien formada jamás seremos innovadores, incluyentes ni sostenibles.