martes, 31 de agosto de 2010

Quince minutos de retraso

Ya ni me acuerdo cuándo se iniciaron las obras de Transcaribe, pero de acuerdo a la información disponible en la pagina web de Transcaribe, “Está contemplado que Transcaribe entre a funcionar en el inicio del segundo semestre de 2011”. Esperemos que a pesar de todos los retrasos vividos por el proyecto desde sus inicios esto sea así, pues literalmente cada minuto cuesta, y mucho…

Tomemos como ejemplo un retraso de 15 minutos por la construcción de alguno de los tramos. Teniendo en cuenta que en Cartagena el sistema público de transporte moviliza en promedio 450.000 pasajeros al día, ver documento, en términos de salario mínimo eso significa entonces que cada día 15 minutos de retraso equivalen a algo más de 400 millones de pesos que simplemente se evaporan.

Esperemos que estos costos sean superados por los beneficios que la ciudad va recibir cuando inicien las operaciones del Sistema. Es lo que todos deseamos por el bien de la ciudad.

lunes, 30 de agosto de 2010

Viabilidad del SITM

Paralelo a las consideraciones técnicas necesarias para dar viabilidad a la operación del Sistema Integrado de Transporte Masivo - Transcaribe, es necesario tener en cuenta que el 20% de los habitantes de Cartagena entre 2001-2004 se encontraba por debajo de la línea de pobreza de dos dólares al día (Pérez y Salazar, 2007); esto significa entonces que una de cada cinco personas en la ciudad, unas 200 mil personas, tienen que gastar más de la mitad de su ingreso diario para hacer un viaje de ida y vuelta en bus. Para estas personas la movilidad está seriamente restringida y se hace claro entonces que la tarifa de Transcaribe debe considerar algún mecanismo de apoyo a esta población. De lo contrario, la idea de tener un sistema de transporte público organizado y eficiente quedaría sin soporte ante la realidad de nuestra querida ciudad.

viernes, 27 de agosto de 2010

Desempeño Fiscal y Competitividad

Alrededor de la propuesta de Estatuto Tributario de Cartagena se han escuchado voces de descontento desde algunos sectores, algunos incluso señalándolo de “muy académico” como si esta connotación tuviera algo de negativo. Es comprensible que los primeros en manifestar su inconformidad sean los empresarios de la ciudad, la teoría económica nos enseña que eso es lo que ellos mejor saben hacer, cuidar que los réditos de sus inversiones no sufran (maximización de los beneficios de la firma). Por supuesto no hay que pedir peras al olmo y esperar que acepten una propuesta que se atreve a desafiar su rentabilidad en el corto o mediano plazo.

Sin embargo no es comprensible que a la luz de las evidencias se abstengan de comprender que un mejor desempeño fiscal del municipio finalmente redundará en mejores condiciones de competitividad para sus empresas. En este sentido el Estatuto Tributario de Cartagena se convierte actualmente en la mejor estrategia de competitividad que la ciudad dispone.

¿Cuál es la evidencia entonces de que la propuesta de la Administración puede llevar a Cartagena por la senda del crecimiento? Un ejercicio sencillo provee algunas luces sobre el tema. Analizar la relación entre el Indicador Global de Competitividad (IGC) contra la capacidad fiscal[1] de los municipios deja ver que existe una clara relación entre ambas variables. Al hacer el ejercicio de relacionar estadísticamente estas variables para 21 de los principales municipios en Colombia se encuentra que el 84% de los cambios en el Índice de Competitividad están relacionados con los cambios en la capacidad fiscal de los municipios, resultado que sólo sirve para corroborar la estrecha relación entre las dos variables. Adicionalmente, no sólo la relación es muy cercana sino que es positiva y solida en términos estadísticos, los cálculos indican que los municipios de mayor capacidad fiscal son a su vez los más competitivos.

Desde luego que esta hipótesis puede, y debe ser analizada con mayor detalle, sin embargo estos cálculos iniciales concuerdan con trabajos realizados anteriormente como “Competitividad y localización de empresas: La experiencia de Cartagena frente a la evidencia colombiana en los noventas” (Toro, 2005) publicado en la Serie de estudios sobre la competitividad de Cartagena (No 3.) y “Localización de la industria manufacturera en Colombia 1990-1999” publicado por la Universidad Tecnológica de Bolívar en la Revista Economía & Región No.2.Vol.1 (Toro, 2004), en los cuales se concluye que no existe evidencia que vincule los impuestos locales con las decisiones de localización de las empresas en Colombia.

Estos son argumentos que pueden ayudar a que los empresarios hagan el ejercicio académico de reflexionar antes de enfilar baterías en contra de una propuesta que tiene toda la intención de ayudar a construir una mejor ciudad y de generar las condiciones para aumentar su rentabilidad en el mediano y largo plazo. En la discusión de la reforma tributaria debe brillar la ciencia y la argumentación, no los prejuicios ni los sesgos con los que algunos han abordado el debate.



[1] Entendiendo capacidad fiscal como mayor disponibilidad de recursos propios.

jueves, 26 de agosto de 2010

Las placas de Transcaribe

Las placas de concreto rajadas en el puente de Las Gaviotas en el proyecto de construcción de Transcaribe no dejan de ser una gran preocupación. Puede que como se ha señalado por expertos en el tema (http://www.eluniversal.com.co/v2/cartagena/local/¿por-que-se-rajan-las-placas), el puente no corra peligro de caer, sin embargo por inofensivas que sean, es preocupante que desde su inicio el proyecto presente grietas. En el caso de las etapas de operación y recaudo cualquier grieta puede significar ineficiencia en el primer caso y/o millones de pesos en el segundo. Con relación a la ineficiencia por “grietas” en la operación, el efecto puede ser que los usuarios se reúsen a substituir otros medios de transporte como mototaxis y colectivos por el nuevo sistema de transporte, lo que rompe con todas las expectativas que se tienen. Con respecto al recaudo, las “grietas” generadas por el inadecuado establecimiento de una tarifa también pueden generar efectos muy negativos en las decisiones de los usuarios por el uso del sistema. Teniendo en cuenta que alrededor del 20% de los cartageneros gana menos de dos dólares al día (Gerson Javier Pérez, 2007) existen serias limitaciones para la movilización de cerca de 200 mil personas. En general, si bien las grietas en el asfalto no parecen ser tan importantes, en las etapas posteriores del proyecto parecen ser mucho más importantes.