Tengo que decir que no soy muy aficionado al béisbol, y en general a ningún deporte, simplemente me gustan y de cuando en vez hago el deber de ver alguna final o uno que otro partido importante, y ayer fue uno de esos, la final de la Serie Mundial de béisbol. No pude haberme sentido más orgulloso cuando Edgar Rentería sacó la pelota del estadio ganando para su equipo las 3 carreras con las cuales se hizo al titulo mundial. Ahí, en medio de la bulla de los americanos aficionados a los Gigantes, estaba yo, el único colombiano en el bar y seguramente el único fan de Rentería. En un ejemplo de persistencia, humildad, trabajo duro y de enfrentar las dificultades sin darse por vencido ni agachar la cabeza, luego de haber participado sólo en 17 juegos de los 57 de la temporada y de ser considerado un jugador en retiro, Rentería llevaba de la mano a los Gigantes a ganar el mayor título del béisbol luego de 56 años. Después de que por él no se daba un peso, como me lo dejaron saber varios de mis acompañantes, Rentería es hoy el jugador más valioso (Most Valuable Player – MVP).
Felicitaciones y gracias Edgar.
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