viernes, 29 de noviembre de 2013

Mercado Cultural del Caribe*

Para la Universidad Tecnológica de Bolívar es especial motivo de orgullo apoyar esta iniciativa. Agradezco a la Corporación Cabildo, a Rafael Ramos Caraballo, Director del Mercado Cultural del Caribe y a Gina Ruz, Coordinadora Franja Académica, haber tenido la gentileza de mantenernos como aliados de este cada día más importante espacio. 

En 1932 un economista austriaco, Frederick Hayek sugirió que el capital privado tenía una capacidad mayor al capital público para lograr desarrollo económico. En general esta idea cimentó todo un modelo de desarrollo económico liberal en el que el estado reduce al mínimo su participación en los mercados. 

De manera muy afortunada hoy al rededor del mundo cada día es más aceptada la tesis de buscar un balance entre los mecanismos de mercado y otras lógicas que ayuden a alcanzar a la sociedad mayores y mejores estadios de desarrollo, entendiendo éste en su sentido más amplio. Aunque aún existan algunos países empecinados en ideologías rancias, la época del absolutismo en la que se debatían las economías el libre mercado y las centralmente planificadas parece haber pasado. 

China, el mayor bastión de la planificación central, a pesar de mantener control absoluto en muchas actividades económicas, ha reconocido la importancia de incorporar procesos de liberalización comercial en mercados seleccionados, en los que las fuerzas de oferta y demanda permiten un funcionamiento sin distorsiones. Por su parte, el gobierno de los Estados Unidos, con la presión del liberalismo recalcitrante de republicanos y los “tea parties”, cada día recibe mayor presión social por el control del liberalismo salvaje y mayores niveles de regulación. 

En general puede decirse que muchas de las economías al rededor del mundo tienden hoy a ser una mezcla entre regulación y libre mercado. Una interesante mezcla entre Hayek y Marx que cada día toma más fuerza y cuyo principal reto es identificar dónde y cuándo se debe realizar la intervención. 

Hace 236 años Adam Smith identificó que son precios el mecanismo de difusión de información que permite la coordinación entre la oferta y la demanda y así el buen funcionamiento de los mercados competitivos. A pesar de la importancia de este descubrimiento, con la configuración de sociedades más complejas, el tiempo ha ido desdibujando la importancia de este mecanismo como instrumento único de coordinación. En este sentido, el mercado de la cultura no necesariamente responde a lógicas tradicionales de funcionamiento de mercados perfectamente competitivos. Es por este motivo que iniciativas como la del Mercado cultural se constituyen en una propuesta innovadora para generar un mayor desarrollo del sector, sostenible y equitativo. 

En el caso que hoy nos reúne, el adjetivo cultural le da al mercado una connotación que lo separa de la lógica parcialmente creíble de que los mercados todo lo pueden, y se convierte en un espacio, que más allá del frívolo intercambió de mercancías, tiene un alcance mucho más profundo para la sociedad, hace parte de su desarrollo humano. 

Existe un elemento adicional que deseo resaltar, la cultura genera lo que los economistas llamamos externalidades positivas. Genera beneficios que van más allá que los monetarios, recogidos directamente por los agentes involucrados en una transacción. Impactos positivos que son tradicionalmente ignorados por la contabilidad tradicional de pérdidas y ganancias. La importancia en reconocer este tipo de externalidades radica en que se constituye en argumento indispensable para justificar el apoyo público. La educación y la investigación se encuentran socialmente por debajo de los niveles deseables de inversión dado que generan beneficios sociales amplios (externalidades), y en este sentido el gobierno asume su papel de promotor. La cultura no tendría por qué ser tratada de manera diferente y debería contar con apoyo suficiente por parte del Estado. 

¿Qué hacer cuando ni el estado ni el mercado funcionan para lograr la coordinación necesaria? La respuesta aparece desde hoy en Cartagena por sexta vez, materializando las ideas de personas como Rafael, Gina y todos los emprendedores que con creatividad y empeño han hecho de éste espacio un mecanismo de coordinación de mercado tan poderoso como los precios que facilitará el crecimiento sostenible y equitativo de un sector prioritario. Bienvenidos al sexto Mercado cultural del Caribe Encuentro de festivales, ferias y fiestas del Caribe Colombiano. 

*Palabras de instalación del VI Mercado cultural del Caribe, Cartagena 28 de Noviembre de 2013.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Cartagena, primera princesa

El Universal, 8 de Noviembre de 2013 12:02 am (Enlace)

Hace poco Cartagena fue referenciada por la reconocida revista norteamericana Conde Nast Traveller como “la tercera ciudad más bella de Latinoamérica”. Los destinos de Centro y Suramérica seleccionados por los lectores y presentados en la publicación son, en su orden, Buenos Aires, Cuzco, Cartagena, Paraty (Brasil) y Antigua (Guatemala).

Lo irónico de esta importante mención es que aparece justo cuando los cartageneros vemos impotentes cómo la ciudad esta simultáneamente inundada y seca. Inundada por las lluvias que en menos de 15 minutos dejaron varios sectores de la ciudad bajo las aguas y seca porque al mismo tiempo más del 90% de la ciudad se encontraba sin servicio de acueducto.  Para rematar, segun informes de prensa, la interrupción del servicio de agua se dio por una falla en unasubestación eléctrica,  evidencia de la debilidad de la infraestructura de servicios públicos de la ciudad.

En contraste, el Banco Mundial publicaba el informe Doing Business 2014, que ubica a Cartagena en el puesto 18 del ranking de competitividad nacional, por debajo de otras ciudades costeñas como Sincelejo (16), Riohacha (12), Montería (10), Valledupar (8) y Santa Marta (6).
La paradójica situación refleja la dicotomía de la ciudad: iluminada y oscura, bella y fea, opulenta y pobre. Una Cartagena que se muestra ordenada y limpia en eventos internacionales, pero que permanece caótica y sucia la mayor parte del año. Una ciudad de contrastes, donde nuevas y grandes inversiones en infraestructura hotelera se erigen en medio de alcantarillas rebosadas.

La sostenibilidad de los reconocimientos que recibe la ciudad por su patrimonio cultural depende en gran medida de la colaboración y coordinación de esfuerzos entre distintos actores de la sociedad: empresas,estado y academia. Un ejemplo de articulación de esfuerzos para lograr una mejor ciudad es la labor que viene desarrollando el Comité Universidad Empresa Estado (CUEE) como escenario que coordina iniciativas de los distintos actores. El CUEE genera una oportunidad para superar de manera estructurada los problemas que afectan la competitividad de la ciudad, no sólo como destino turístico, industrial o comercial, sino como residencia permanente de alrededor de un millón de personas. Esperemos entonces que mecanismos de coordinacióncomo el CUEE permitan que, luego de los reconocimientos, una nueva coronación de la más bella de Colombia y de la celebración de las fiestas de independencia, no regresemos al estado de letargo permanente en que vivimos, coronados y como si nada estuviera pasando.

* Decano de la Facultad de Economía y Negocios, UTB.

dtoro@unitecnologica.edu.co